Cardenal Baldisseri comparte sus reflexiones sobre la runión pre-sinodal y sobre el inminente sínodo

1/15/18
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Baldisseri_piano

Veintisiete años llevaba el Vaticano sin organizar un Presínodo, una reunión en la que escuchar a quienes luego no podrán participar en la asamblea sinodal al no ser obispos o no tener cabida dentro del aula, debido a las restricciones impuestas por el reglamento. La última vez que se recurrió a una de estas reuniones fue durante el Sínodo sobre Europa de 1991.

En pocas ocasiones, sin embargo, pareció tan oportuno convocar uno de estos encuentros previos como de cara al Sínodo de los Obispos dedicado ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’, a que tendrá lugar del 3 al 28 de octubre de 2018.

300 representantes de todo el mundo

Los auténticos protagonistas de esta discusión –los jóvenes– apenas tendrán presencia física en las reuniones del próximo otoño, pero serán en cambio numerosos en el Presínodo que la Secretaría General del Sínodo de los Obispos ha convocado en Roma en marzo.

Se espera que participen unos 300 representantes de la juventud provenientes de todo el mundo y designados por las conferencias episcopales, los movimientos eclesiales, las Iglesias orientales, los centros de preparación al sacerdocio y a la vida consagrada, entre otros. También habrá delegados de diversas asociaciones, realidades caritativas, escuelas y universidades, así como jóvenes de otras religiones o completamente alejados de la fe.

Se espera obtener así un valioso aporte para el Instrumentum laboris, el documento de trabajo que a lo largo del verano utilizarán los padres sinodales para preparar las intervenciones que realizarán durante la asamblea de octubre.

La “mayor atracción” del Sínodo no es otra que Bergoglio. Palabra del cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos. En esta charla con Vida Nueva, reivindica, además, el valor de este Presínodo de marzo.

Un foro para expresar deseos y preocupaciones

PREGUNTA.- ¿Cuál será el papel de los jóvenes en el Sínodo, al fin y al cabo, una asamblea de obispos?

RESPUESTA.- El Presínodo es una respuesta a esta cuestión, en el sentido de que queremos que los jóvenes puedan tener un tiempo dedicado exclusivamente a ellos aquí en Roma. Será una semana en la que los jóvenes vendrán de todas las partes del mundo, representando a las conferencias episcopales, los movimientos, las congregaciones religiosas, los seminaristas… También vendrán de distintas confesiones y otros sin fe. Será un foro donde encontrarse y expresar sus deseos y preocupaciones. Luego, efectivamente, el Sínodo, como institución, es de los obispos y son ellos los actores principales. Aunque también es verdad que tienen asesores y hay presencia de auditores que representan la realidad del tema tratado. En la Secretaría del Sínodo percibimos, en cualquier caso, que eso no es suficiente y queremos que la participación sea más grande. En la búsqueda de una fórmula para que los jóvenes puedan tener un foro, una presencia directa, la respuesta es el Presínodo. (…)

P.- ¿Qué le diría a quien piensa que es un sinsentido que los obispos, en su mayoría personas de más de 60 años, hablen de los jóvenes?

R.- Que queremos responder de manera directa y efectiva con el Presínodo. Allí los jóvenes son los protagonistas y elaborarán un documento que luego recibirán los padres sinodales, la mayoría de los cuales son pastores y tienen contacto directo con la realidad juvenil. Ellos representan a la base, porque llegan con una historia a sus espaldas. Y luego está la presencia de los jóvenes como auditores en las sesiones en el aula y en los círculos menores. Creo, además, en la posibilidad de que ellos estén presentes no solo de forma institucional. Por ejemplo, pueden estar en Roma durante ese período para encontrarse con los padres sinodales. Veremos en qué forma. Estamos todos en camino, como dice el Papa. Tenemos una línea a seguir, pero hay que caminar y, cuando uno camina, no sabe lo que va a acontecer. Insisto en el valor del Presínodo. A su conclusión, habrá una gran celebración final en la que estará presente el Santo Padre, que pronunciará un discurso. (…)

P.- Es habitual encontrar a jóvenes que dicen que les gusta el Papa, pero no la Iglesia. ¿Cómo superar esa dicotomía?

R.- El Papa es el Papa y representa a la Iglesia en una forma abierta y tal vez nueva para muchos, porque han visto una Iglesia cerrada, con normas. Este Papa abrió caminos para todos dentro y fuera de la Iglesia. La Iglesia es una realidad compleja; como tal tenemos que hablar más de hombres y mujeres de Iglesia, que es algo diferente. Iglesia es una cuestión teológica y mística muy elevada. Y también están las estructuras, que son necesarias, pero deben apoyar la fe y no oprimirla. Este es el punto principal. La idea básica es apoyar y no encerrar la fe dentro de un esquema. El esquema es simplemente humano, puede moverse con el tiempo. (…)

 

Fuente: Vida Nueva - Dario Menor @Dariomenorroma

Aquí toda la entrevista.-